lunes, 11 de diciembre de 2006

La imagen y el ojo: nuevos estudios sobre la psicología de la representación pictórica



La imagen visual: su lugar en la comunicación
Por E. H. Gombrich

En esta lectura escrita por el historiador de arte Ernest Hans Gombrich, el objetivo principal es aclarar la posibilidad de que la imagen pueda sustituir a la escritura, qué puede y qué no puede hacer mejor que la misma. Para esto, el lector menciona las divisiones del lenguaje de Karl Bühler que tiene como objetivo la expresión, la activación y la descripción, informándonos del estado de ánimo del hablante, pero la imagen tiene una mayor activación , aunque es muy poco expresiva. El autor menciona que hay ciertas formas con las que los niños se sienten identificados por su parecido con ellos mismos, y también señala que las líneas y los colores pueden influir en nuestras emociones, como nos hemos dado cuenta a lo largo de nuestro conocimiento, es por eso que cuando vemos, por ejemplo, el color rojo, nos damos cuenta de que quiere decir advertencia, y cuando es el negro es luto o elegancia, entre otros.

Para poder reconocer una imagen hay que tomar en cuenta muchos factores, como la cultura, y el conocimiento previo de lo que se está viendo, así como contexto y captar el mensaje. Existen tres variables para poder identificar correctamente el mensaje de una imagen: el código, el texto y el contexto; así, los elementos de la imagen aumentan la probabilidad de hacer una reconstrucción correcta. Cuando encontramos los rasgos característicos de un objeto y sabemos plasmarlos en una imagen, es muy posible que ésta no provoque ambigüedades y que el mensaje a transmitir sea captado rápidamente sin tener que incluir palabras. El autor menciona de nuevo la importancia del conocimiento previo del contexto de la imagen para poder entenderla, puesto que si no se sabe de qué se habla, la comunicación falla. Gombrich hace una anotación que desde mi punto de vista es muy importante porque dice que “el valor real de la imagen estriba en su capacidad para transmitir una información que no pueda codificarse de ninguna otra forma”, si una imagen no es capaz de transmitir información se hace inútil, ya que su función principal es comunicar y si no hay comunicación, no cumple su objetivo.

Muchas veces para poder conocer algo de una imagen necesitamos del texto, pero éste en ocasiones puede ser engañoso porque si no conocemos de lo que habla la imagen podemos creer que un nombre inventado es el correcto. Gombrich nos hace ver que cuando una imagen es completa se dice que es una réplica, que se hace con la intención de engañar, más que para informar, como podemos observar en los billetes falsos, o como el ejemplo del ojo de cristal que menciona en la lectura. Puede engañarnos por su gran parecido con la realidad, a lo cual el ojo humano no está del todo acostumbrado y comenta que aunque una imagen trate de trasmitir información, el proceso de selección siempre revelará la interpretación que su autor haga de lo que considere relevante, es decir, que muchas veces el observador interpreta lo que el autor interpretó previamente a la realización de la imagen o la intención con la que la creó, ya que ninguna imagen habla por sí sola.

Muchas veces cuando observamos las mismas características o detalles en las imágenes, ya que es muy común que no pongamos verdadera atención a las mismas, pero habiendo un elemento que desconocemos, es más fácil que atraiga nuestra atención, y por consiguiente nuestra curiosidad quiera saciarse realizando preguntas al respecto. El autor menciona que en las imágenes hay veces en que los contrastes fuertes y los contornos definidos ocultan rasgos que pueden ser importantes. Hay muchas veces en las que es más fácil poder mencionar o mostrar cierta información a través de las imágenes, como es el caso de los mapas, en donde es más fácil representar los elementos geográficos. Otra forma de esto son los árboles genealógicos, puesto que hay mucha información, es más fácil poderla mostrar con imágenes a que digamos con palabras o texto la descendencia de cada uno de los integrantes del mismo.

En muchas de las antiguas civilizaciones la escritura estaba basada en simbologías que se tenían que aprender para poder descifrar el significado y aún en la actualidad existe cierta simbología que nos acompaña día con día, entre los que se puede mencionar a los símbolos religiosos como las cruces, y los patrióticos como la bandera nacional, entre otros. Los símbolos tienen la capacidad de transmitir un mensaje con más rapidez y eficacia que un texto. El autor recalca que toda historia que es propiedad común de la comunidad enriquece el lenguaje convirtiendo largos conceptos en una palabra.

Gombrich comenta que la caricatura política tiene un contexto definido, ya que es extremadamente cultural, puesto que si no se conoce la situación que se está describiendo se perderá el mensaje de ésta. En el texto se menciona que cuando el objetivo primordial es llamar la atención del espectador y no informar, se hace más interesante la imagen debido a su poder de activación. El uso de las imágenes fue muy importante durante el cristianismo porque fue un método de enseñanza ya que habían muchas personas analfabetas y que a través de las imágenes aprendían sucesos históricos. No obstante, las imágenes son muy subjetivas, puesto que cada quien ve cosas diferentes o las interpreta de distintas maneras; el autor pudo sentir algo que el espectador no esta percibiendo, como aparece en el ejemplo del cuadro de Van Gogh, y muchas veces necesitará apoyarse en el texto para poder hacer llegar el mensaje que quiera transmitir.




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